Agua
Agua, reflejo eres del ser humano,
naces pura
y te vas contaminando
en contacto con el entorno,
que envuelve,
y la cultura,
que determina.
Entorno…, cultura…,
guías hacia la contaminación
total
o hacia una pureza
de belleza ideal.
Puedes ser nociva, como el humano
determinado al radicalismo cruel,
asesino, prepotente, irracional y pobre.
Puedes ser, cual el humano
con valores profundos y solidarios,
entregada, humilde, respetuosa y enriquecedora.
Agua de manantial,
niña bonita,
rostro dulce,
cabellos largos,
beso tierno.
Agua de embalse,
estudiada y estudiosa,
esperanza acumulada.
Agua doméstica,
trabajadora infatigable.
Agua de laguna,
pensadora entristecida.
Agua estancada,
despensa de enfermedades,
sin familia que te mire
ni suspiro que te añore,
destino irremediable.
Agua de mis lágrimas,
inundación de mis recuerdos.
Agua de mis sueños…
perdida en el camino.
Busco un paisaje
de regreso al manantial,
busco un aire
con brisa de amistad,
busco un Dios
que me libere de la soledad,
busco un alma
con inocencia y claridad.
Fernando Martín
viernes, 10 de abril de 2009
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1 comentario:
Qué cierto es que el agua sigue el mismo proceso en la naturaleza que seguimos las personas. Me viene a la mente cómo el agua de El Pomperi, cristalina y risueña, corriendo monte abajo en busca de no se sabe qué, llega a su destino repleta de todo lo bueno y malo que encontró en su camino. Pero no por eso se para y se distrae en su recorrido. No por eso abandona los prados que debe besar. No por eso llega menos alegre a su destino, a su mar que la recibe contento, la impregna de su sabor salado, la arropa y la hace suya y nos la devuelve rizosa convertida de nuevo en espuma cristalina, en persona buena. Agua, agua cantarina de El Pomperi, agua humilde que corres alegre, enséñame a ser como tú.
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