sábado, 28 de marzo de 2009
Qué bonitos
¡Qué bonitos!...
¡Qué bonitos son tus dedos
que se entretienen con caricias!
¡Qué bonita es tu mano pequeña
que me hace suspirar!
¡Qué bonito es tu brazo suave
que mi boca besa!
¡Qué bonita es tu cara dulce
que tiene presa mi mirada!
¡Qué bonitos son tus ojos bellos
que le dan al cielo la ternura!
¡Qué bonita es tu voz de metálico cristal,
la flor más tierna de tus flores bellas!
A mis labios llega un sabor a beso;
dáselo a mi alma, la tengo de par en par.
Fernando Martín
viernes, 27 de marzo de 2009
Tus manos
Tus manos
Tus manos de alfarera
me hacen continuamente.
Ni yo envejeceré ni tú morirás.
El que envejece no lo hace por amor,
sino por desengaño:
tú seguirás viviendo en mi palabra.
En mis versos, a veces, rompo rimas,
pero mantengo la cordura
-esas son cosas del alma;
ahí yo no pongo nada-
y pongo galardón a la ternura.
Mi musa crece en tierra trabajada
y a su lado brota manantial sereno
y compostura.
No dejaré que me invada
la furia del exabrupto ni el descuido
de fonema salido de ordenanza;
soy poeta de ternura
y de gusto por la palabra.
Yo puse cerco a tu cuerpo,
tú pusiste cerco a mi alma.
Tus brazos y mis brazos
cerraron el cerco
y encontraron un solo cuerpo
en una sola alma.
Sólo con ternura se apaga el miedo,
sólo con ternura se cree en el amor,
sólo con ternura se mira al cielo,
sólo así se ve la hermosura de los dos.
-Esas son cosas del alma;
ahí yo no pongo nada-.
Fernando Martín
Tus manos de alfarera
me hacen continuamente.
Ni yo envejeceré ni tú morirás.
El que envejece no lo hace por amor,
sino por desengaño:
tú seguirás viviendo en mi palabra.
En mis versos, a veces, rompo rimas,
pero mantengo la cordura
-esas son cosas del alma;
ahí yo no pongo nada-
y pongo galardón a la ternura.
Mi musa crece en tierra trabajada
y a su lado brota manantial sereno
y compostura.
No dejaré que me invada
la furia del exabrupto ni el descuido
de fonema salido de ordenanza;
soy poeta de ternura
y de gusto por la palabra.
Yo puse cerco a tu cuerpo,
tú pusiste cerco a mi alma.
Tus brazos y mis brazos
cerraron el cerco
y encontraron un solo cuerpo
en una sola alma.
Sólo con ternura se apaga el miedo,
sólo con ternura se cree en el amor,
sólo con ternura se mira al cielo,
sólo así se ve la hermosura de los dos.
-Esas son cosas del alma;
ahí yo no pongo nada-.
Fernando Martín
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