Mi Asturias del alma
Ayer me quedé en la montaña,
me quedé a solas con mi Asturias,
mi Asturias del alma.
Ayer me quedé en la alta cima
con el silencio cara a cara.
Ayer..., gocé ayer con la niebla,
gocé el juego de los fantasmas:
ora te tapa esta ladera,
o descubre aquella vaguada
y muestra infinitos sus pechos
mi Asturias del alma.
Ayer robé felicidad
al cielo y a su nieve incrustada,
a los bellos Picos de Europa
entre Infiesto, La Pola y Nava.
Ayer vi a mi Asturias desnuda
con frescos pechos descuidada
y el viento nordeste barriendo
brumas y nubes rezagadas.
Ayer subí al pico más alto,
cogí a Dios su mano dorada,
vi su paz de rostro sereno...,
y su tierna voz desusada
mi piel estremeció y mis labios...
Y quedó en la montaña
mi rostro atrapado con rostro
de Dios en mi Asturias del alma.
Fernando Martín